RESTRICCIONES AL USO


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Me llamo Tolerancia, Tolerancia Paradoja; o eso dije la última vez que bebí.
Y aun con todo, tengo prejuicios o sea que imaginad vosotros, resto de mortales.

Que sí los judíos originaron el capitalismo, que si las chicas son limpias y ordenadas... ¡haceoslo mirar!
No contentos con los prejuicios habituales, encima ponéis restricciones a vuestros hilos....¡a caballo regalado no le mires el diente, que algunas morimos de hambre!: que si su acento no me gusta, que si ve telecinco, que si es demasiado blanco, que si lleva una cadena, que si es canario (vale esta última soy yo...)

No es cuestión de juzgar las manías de cada uno, porque realmente todos reconocemos una serie de cualidades que nos echan para atrás a la hora de conocer a una persona. Hablo de aquellos rasgos que te causan reticencia a la hora de ligar (no de que conozca a alguien que no habla a nadie que vea telecinco).

De las 1.001 restricciones que mis chicas rebuscaron en lo más recóndito de su intransigencia yo no encuentro nada que realmente me convenza... (Más allá de las dentaduras incompletas... por muy regalado que sea, yo los dientes los miro, ¿qué se le va a hacer?)

¡Nadie puede ser tan tolerante!
Es más, nadie puede ser tan tolerante y tener la caja de hilos vacíos... ¡mi dentadura ya está completa, gñé!

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