LA BESOSTITUTA


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Todo empezó en nuestra "tierna" e "inocente" adolescencia. Estábamos en un parque durante unas fiestas populares de botellón, cuando me agencié una botella de vodka. Así que mi amiga Anne, ni corta ni perezosa, se adentró entre el gentío en busca de mezcla. Al cabo de un rato volvió con una sonrisa de oreja a oreja, una botella de dos litros de limón, vasos y una bolsa de hielos... ¿Milagro? Eso pensé yo, pero rápidamente me aclaró que sólo había tenido que darle un beso a un tipo para conseguirlo. No es que la juzgara pero la interrogación era inevitable....¿¿¿¿¿¿Cómorrrrr??????

Se cumplen 100 años del nacimiento
 del fotógrafo Robert Doisneau y , al contrario
de lo que se creyó en un principio,
su famoso 'beso' no era espontáneo.
Años más tarde, en la "madurez" de nuestra juventud, una "amiga" se encontró en la sorprendentemente habitual situación de no tener forma de volver a casa. Por aquel entonces no debía tener la soltura que ha desarrollado ahora con el dinero de plástico y accedió a subirse al coche con unos desconocidos que prometieron llevarla a casa. La cosa podría haber acabado en una cuneta pero terminó con un tipo feo colgado de sus morros.

Así que cuando hace unos días el amigo de un amigo de una amiga se ofreció a llevar a esa "amiga" a casa en mitad de la madrugada tras pasar antes por su casa, a dos metros del bar, parar a por gasolina y recorrer 15 km, cruzó hasta los dedos de los pies para que no intentara nada porque se hubiese visto obligada a corresponderle.

La besostituta cuando besa es que besa de mentira.

No me miréis así, por desagradable que parezca esa presión existe y es la misma que cuando no te atreves a dar un número falso al tipo ese, cuando te apuntas a la ONG de turno en la estación de metro o cuando en ves de 'Paso' dices 'Venga, va' a un mañanero de resaca.