BUSCANDO EL DRAMA


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El ser humano, por naturaleza, ante la comodidad busca alteraciones. El mismo principio que convierte en una tortura la que hace dos segundos era la postura más cómoda del mundo, es el que nos lleva a buscar drama cuando la estabilidad aburre.

Novias que tras meses en la nube el “amuor” buscan una bronca o amenazan con anhelar la soltería y la promiscuidad, o novios que un día cualquiera se dedican a pinchar y pinchar hasta que el otro explota. La sal de la vida.

El homo italiani se lleva la palma en estas lides. Como diría María, tienen el gen Montesco. La relación más turbulenta que he vivido la protagonizaban mi vecino de abajo y su también italiana novia o esposa, nunca mejor dicho.

Julieta tenía unas normas estrictas –no sé si por dramatizar o por tiranizar. Romeo tenía prohibido llevar gorro, fumar solo, comer galletas en público (porque según Julieta el ruido era insoportable) y comer en su propia cama. Aún más inquietante que las normas en cuestión lo es el hecho de que Romeo acatara las leyes.

Un buen día Julieta plantó a Romeo y Romeo se deshizo en lágrimas ante sus dos atónitas vecinas. Cuando ya pensábamos que el drama no podía ser más intenso que ver a un tipo hecho y derecho llorar como un niño con claro síndrome de Estocolmo, deciden quedar para hablar. (Y dale con creerse que se está en la tercera fase cuando la herida aún sigue abierta). ¿Resultado? Julieta vomitando –en teoría por la angustia, en mi opinión por los excesos- y Romeo llorando.

¿Qué puede haber más dramático que esa Julieta convenciendo al auditorio de sus vómitos emocionales? Un tercero en discordia. Un español que lejos de aportar simpleza se unió al culebrón.

En la escena tercera tenemos a Romeo, chocando de bruces con la realidad de su Julieta en brazos de otro. Un grito de dolor rompe el cielo. Julieta zarandea a Romeo. Romeo huye. Los Montesco temen por su vida. Homo Ibericus contagiado por la teatralidad llora y persigue a su rival. Se amenazan. Ni un golpe. Se cierra el telón.

He de confesar que soy una adicta al drama pero aquello fue excesivo hasta para mí. No es de extrañar que Julieta se conviertiera en una de las personas que más curiosidad me han llegado a suscitar, por su poder de convicción y liderazgo.
Tuve la ocasión de compartir noche y cervezas con ella y Homo Ibericus y no supe desentrañar el misterio de su carisma. Bueno, al menos aclaré la duda de cómo Homo Ibericus se prestó a tamaño circo y es que el tipo era raro raro raro como él solo. Según me lo presentaron me preguntó mi nombre, mi edad y cuál era mi sueño. Cara de póker y repóker. Drama, melodrama.


  1. ¿Contestaste o sólo pusiste cara de poker? Seguro que la conversación no se quedó en esas tres preguntas, ¿no?, ¿merece una historia completa?

    Yo tengo unos grandes amigos italianos. Hacen cosas raras, ella reiki y él simplemente ser, pero no por dramatizar, es que son así. A su hijo, nacido hace poco más de un año, decidieron ponerle un nombre que sale de la conjunción de los suyos propios, el pobre. Pero son entrañables, quizás por estas cosas...

    Saludos.

  1. Mi respuesta fue: ahora que lo preguntas ahogarme en una tina de mantequilla, que fue lo que había soñado la noche anterior. No le gustó mi contestación y eso me valió sus extrañas miradas a lo largo de la larga noche (de 12 a 12). A eso de las 5 de la mañana, sentados en una estatua, al pie del río Tajo, nos hicimos mejores amigos y le prometí ayudarle a montar a un vídeo. (Claro que a eso de las 5 y 10 aconsejaba a María que se mantuviera alejada de él porque era oscuro y en torno a las 6, le daba ostentosamente la espalda mientras acaparaba a su Julieta.)

  1. Igual pensó que diciéndole eso le tomabas el pelo, pero está claro que es una contestación original.
    A mí me recueda la fábula del asno en el pozo de leche, que se salva porque al patalear la convierte en mantequilla. Con tu experiencia, queda claro que es una mentira más de las que nos cuentan para tenernos tranquilos y calladitos...
    Y ahora que lo pienso para drama, ese sueño; un poco angustioso ¿no?...

    Give me action and drama!!!!...
    (buenos recuerdos, no he podido evitar el link)

  1. Ayer envié un comentario y me dió un fallo raro, pero luego me dijo que quedaba pendiente de que lo publicaras.
    Ahora que ha pasado un día completo, no sé si es que no has podido pasar a publicarlo (o que no te da la gana, podría pasar) o que el fallo fue más grave de lo que pareció en un primer momento.
    Avisa, y si es que no te ha llegado, me esforzaré en hacer memoria...

    Saludos.

  1. Juro que ayer no estaba allí. Pasar paso mucho, no de los comentarios sino por aquí. En fin, la tecnología escapa a mi entendimiento.
    ¿Sabes que el otro día, batiendo claras al punto de nieve, para hacer una exquisita tarta de queso con la que saciar mi gula de madrugada de Oscars, no dejaba de pensar en la misma fábula, pero con un ratón, que contaba Leonardo Dicaprio en Átrapame si puedes?

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